José Concepción Domínguez Zaldívar, nació en la Ciudad de Dzidzantún, Yucatán el 16 de Julio de 1900, siendo el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Don Joaquín Domínguez Lizama y Severina Saldívar y Saldívar.

Cuando contaba con nueve años de edad su familia se traslada a la población de Cansahcab, donde inicia sus estudios. En ese lugar conoce al poeta Víctor Manuel Martínez Herrera, personaje con el que, años más tarde, compondría la clave “Beso asesino”.

Posteriormente se traslada a la ciudad de Mérida a continuar sus estudios capacitándose muy joven como maestro en el Instituto Literario del Estado. Comenzó a prestar sus servicios como educador en la Hacienda Kuiché de Las Flores siendo posteriormente transferido a Tenabo, ahí conoció al poeta Ricardo Mimenza Castillo quien lo invitó a colaborar en el periódico “La voz de la Revolución donde publicó su primer verso titulado “La mañana”.

Su primera canción fue "Flores Muertas" y su primer maestro de guitarra Don Manuel Nahuat Gómez. Pepe había tenido estudios de violín y clavicordio por lo que le fue fácil asimilar la enseñanza de la guitarra y empezó a formar grupos troveros con otros aficionados del pueblo.

En 1918 conoció a Felipe Castillo Vega con quien se acopló de inmediato formando con éste su primer dueto profesional. Cuatro años después tuvo la necesidad de trasladar su domicilio a Mérida y el dueto Domínguez-Castillo se disolvió; pero ahí conoció a Ernesto Paredes con el que entabló buena amistad, decidiéndose a conformar un nuevo dueto y es entonces cuando empezó a dar a conocer sus hermosas canciones.

Este dueto duraría tres años, hasta que de nueva cuenta regresa a su tierra, en 1925, ya que le habían ofrecido un puesto en el Ayuntamiento de Cansahcab.

Ahí se reencontró con su amigo el poeta Víctor Manuel Martínez Herrera y nuevamente formó dueto con Felipe Castillo, llegando a ser tan conocidos que hasta en la ciudad de Mérida eran requeridos para llevar serenatas.

En uno de tantos viajes a la capital del estado fueron escuchados por Roque Armando Sosa Ferreiro, quien era representante artístico de la cantante Celia Montalbán, y éste los invitó a unirse a su compañía para viajar a Cuba por vez primera y actuar en el Teatro Payret de la Habana. Era el año 1926; el trabajo del dueto gustó mucho en Cuba y allí surgió la canción Dulce Muñequita que fue todo un éxito, pero también llegó a Cuba un ciclón que causó grandes estragos en la isla y tristemente terminó la temporada artística quedándose sin trabajo ni dinero para poder regresar. Entonces, el Sr. Conrado W. Massaguer, cubano cuya infancia había transcurrido en Mérida, ofreció promover una función a beneficio del dueto y en la que tomó parte Ramón Dona-Dio, guitarrista yucateco que entonces radicaba en Cuba.

A su regreso a Yucatán, Ricardo Palmerín lo invitó a formar parte de un sexteto que se había originado de un concurso que el Club Mérida había organizado y en el que Pepe había conseguido un segundo lugar. Cuando en 1928 Palmerín se separó del grupo, Pepe formó su primer Quinteto "Mérida" con los mismos integrantes.

Fue la época en que Pepe Domínguez realizó sus primeras grabaciones a dúo con Felipe Castillo, llegando a grabar treinta canciones para Discos Víctor. Sus canciones comenzaron rápidamente a hacerse populares.

En 1928 el quinteto tuvo la oportunidad de hacer una gira actuando en los teatros Politeama y Lírico de la capital en el que se encontraba Roberto Soto con su grupo de farándula, invitándole éste a la Revista Musical México Multicolor donde resultaron todo un éxito.

En la capital tuvo oportunidad de ser invitado a cantar en el Castillo de Chapultepec, ante el Presidente Plutarco Elías Calles, allá dio a conocer la canción La Rosa. Elías Calles le invitó a montar esta canción en un orfeón que se estrenó el 16 de Septiembre de 1928, formado por dos mil voces.

En este mismo año, 1929, proyectó su segundo viaje a Cuba, pero esta vez con el Quinteto y acompañándolos como representante el periodista y poeta Gabriel Antonio Menéndez; la gira fue fenomenal y a su regreso actuó en la inauguración de la difusora XEW.

El 15 de Julio de 1934 se inauguró en Mérida la estación radiodifusora XEZ y Pepe Domínguez fue invitado a tomar parte del elenco artístico, recibiendo posteriormente el cargo de Director Artístico de dicha estación; alternó con locutores como Arturo García Rodríguez quién más tarde cambiaría su nombre por el de Arturo de Córdova. Este trabajo en la radiodifusora lo efectuó durante cinco años, pero él era inquieto y decidió volver a la capital renunciando a la seguridad de un empleo en su tierra.

Luego de algunos años de radicar en la capital y en Puebla y tras haber formado varias agrupaciones musicales, decidió proyectar un nuevo viaje a la Isla de Cuba. Cuando Pepe inició este viaje se llevó la letra de varias canciones, entre ellas la que sería su última canción: el bambuco "Por el Camino y la Huella" con letra del poeta Alfredo Aguilar Alfaro. Entonces nadie podía imaginar el final de este viaje, pues estando en la Habana, Pepe se sintió enfermo al grado de tener que ser internado en el Hospital Calixto García en donde pasó dos meses habiéndosele diagnosticado cáncer de pulmón. Debido a lo delicado de su estado no se le pudo trasladar a su tierra.

En Mérida, el gremio de músicos logro juntar lo suficiente para que su hijo Mariel fuera a verlo, pero cuando éste llegó a la Isla el 11 de Enero de 1950, el artista ya había fallecido. La estación Radio Cadena Azul a cuyos servicios estaba el Quinteto, se hizo cargo del traslado a Mérida del cadáver del compositor; el Presidente Miguel Alemán envió un avión de la fuerza Aérea Mexicana y la Compañía Mexicana de Aviación absorbió los gastos del combustible.

El 16 de enero llegaron a Mérida sus restos mortales, la Funeraria Poveda los trasladó gratuitamente hasta casa de un pariente de donde salió cargado del hombro de sus amigos y trovadores para ser trasladado hasta el local de la Unión (en la calle 59 x 60) en donde se instaló la capilla ardiente. Al día siguiente fue llevado al Panteón Florido en donde se le enterró en el mausoleo de la familia Souza Novelo permaneciendo ahí durante doce años, hasta que la Sociedad Artística Ricardo Palmerín pidió su trasladado al Monumento a los Creadores de la Canción Yucateca, en el Cementerio General. Fue el 14 de Enero de 1962 cuando Pepe Domínguez reposó al fin junto a los otros dos grandes de la Canción Yucateca: Guty Cárdenas y Ricardo Palmerín.

Entre las canciones más conocidas de Pepe Domínguez tenemos: El Pájaro Azul, Manos de armiño, Beso Asesino, Granito de Sal, Por Yucateco, Aires del Mayab, El Día que me quieras, La Rosa, Dulce Muñequita, Manzanita, Flor del Mal, Almendra Roja, etcétera. Fueron más de doscientas las canciones que escribió, de las cuales, las dos terceras partes llevan letra y música suyas.